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YO SOLO SOY UN ROCKSTAR VIVIENDO EN ESTE MUNDO SUPERFICIAL....

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Sunday, September 18, 2011

De noche

De noche a noche se pasan las horas

mirando a la luna visitante de mí morada.

De poco a poco se vuelve incierto

lo que hasta unos segundos soñaba despierto.

Al llegar al risco de lo que aspiro

sólo el suspiro me priva el aliento.

De día un brillo de noche sombrío

De luz saliente de cálido fuente.

De oscura ruta de tenue luna.

No recuerdo nada

no olvido gran cosa.

Si mi corazón fuera estrella, ¿marcaría el sendero de barcos en rumbo?

Si fuera una ola errante, ¿hasta qué playa llegarían mis brazos?

A veces soy aquella palabra perdida en el recuerdo

Aquella brisa que busca rosar la risa

Deja que el cielo sea mi techo y dibujar arcoíris de mágicos cuentos.


PFR

Thursday, August 25, 2011

El Jardinero (de Rabindranath Tagore)

El servidor: —¡Oh, Reina, ten piedad de tu servidor!
La Reina: —Terminó ya la asamblea, y todos mis servidores se han ido. ¿Por qué vienes tan tarde?
El servidor: —Mi hora llega cuando la de los demás ha pasado. Dime qué trabajo ordenas al último de tus servidores.
La Reina: —¿Qué puedo ordenarte, si es tan tarde
El servidor: —Hazme jardinero de tu jardín.
La Reina: —¿Qué locura es ésta?
El servidor: —Renunciaré a cualquier otra tarea, abandonaré al polvo mis lanzas y mis espadas. No me envíes a lejanas cortes. No me pidas nuevas conquistas: hazme jardinero de tu jardín.
La Reina: —¿Y en qué consistirá tu servicio?
El servidor: —En llenar tus ocios. Conservaré fresca la hierba del sendero por donde vas cada mañana y donde, a cada paso tuyo, las flores deseosas de morir bendicen el pie que las pisa. Te meceré entre las ramas del septaparna mientras la luna, apenas levantada en la noche, intentará besar tu vestido a través de las hojas. Llenaré con aceite perfumado la lámpara que arde junto a tu lecho y adornaré tu escabel con maravillosas pinturas de azafrán y sándalo.
La Reina: —¿Y cuál será tu recompensa?
El servidor: —Que me des permiso para tener entre mis manos tus pequeños puños, que parecen capullos de loto, y para rodear tus brazos con cadenas de flores; que pueda teñir las plantas de tus pies con el zumo encarnado de los pétalos de ashoka, y recoger, con un beso, la mota de polvo que pueda posarse en ellos.
La Reina: —Tus ruegos han sido escuchados.
Serás el jardinero de mi jardín.